jueves, 30 de agosto de 2012

El padre


Quiero enseñar la revista a los niños, decía una pequeña en la consulta del médico. Sentada correctamente en el sofá, las piernas estiradas y sin posibilidad métrica alguna de que doblaran en ángulo recto, mostraba la revista del revés al imaginario que tenía delante suyo. Al lado, su padre desdeñosamente le respondía: ¿A qué niños?, ¿los pintamos?
No, los de ahí, indicaba ilusionada la niña señalando delante suyo. La pronunciada miopía del progenitor arañaba una vez más, un día tras otro, el imaginario de su hija. El padre cortaba de raíz las fantasías de la pequeña como el acero afilado de una guadaña en tiempo de siembra. Ese maltrato gratuíto de los progenitores se dispensaba universalmente y a cucharadas grandes para con los pequeños...¡aaum!

La niña, al terminar de dar la vuelta a la revista, rompió un pequeño trozo de la misma a lo que el segador ordenó secamente: Deja ya la revista. El energúmeno continuaba ejerciendo su labor mancilladora esperando la llamada del médico.

Quizás crea que su actuación como padre es correcta, que la educación dispensada a su hija va por el buen camino, o ni eso y nunca se le ocurrió reflexionar ni un minuto sobre ello. Sentado en el sofá de enfrente, vislumbré la vida áspera que podría llevar este guillotinador de sueños.

Ahora que mi hija se ha hecho mayor, ya no me hace caso, se quejará años después. No me extraña. Menos mal. Era tan mona. No te sorprendas tanto, imbécil.

Médico: ¿Señor Martínez?
Imbécil: Sí, soy yo.
Médico: Pase.

Juan Tenazas
Médico especialista en estulticia paternal