viernes, 17 de enero de 2014

La viabilidad del pan




Hace un año...

"La Dirección ha convocado a los Representantes Legales de los Trabajadores para una reunión informativa mañana, 31 de octubre a las 12 horas a la que asistirán la Directora General, la Directora de Proyectos y el Director Financiero y de Recursos. La información, citamos textualmente versará sobre el Plan de Viabilidad. Un saludo".

LLegada la hora, a la Dirección se sumaron dos asesores externos. El plan de viabilidad para seres agonizantes tenía forma de carpeta, negra. Cuatrocientas cuarenta páginas cargadas de balas infinitas contra el despilfarro, la incompetencia, la mala gestión y la hipocresía más rancia. Las caras largas y los gestos medidos se movían ineficazmente entre silencios duros como muros de hormigón. Las risas habían sido desterradas al ostracismo mientras que determinados gestos formaban la mano de obra del proceso de deshumanización que estaba tomando forma. El destino del transatlántico pasaba de mano en mano abriéndose paso entre la desolación y las firmas constatadoras del hundimiento, mientras daban fe de la ya no tan futura consternación. 
El asesor asestaba machetazos con cada palabra que pronunciaba mientras el comité, abrumado, observaba la reducción del ángulo de caída del árbol de la esperanza hasta alcanzar la horizontalidad más sepulcral. El eco del golpe hizo tambalear todas las copas del bosque oficinesco. Mientras el miedo tomaba asiento, a través de la cristalera, los labios del guillotinador concluían el número de víctimas ideales para aquel tipo de matanza. La sentencia concluyó que en un período no superior a un mes, siete de cada diez condenados subirían los escalones del patíbulo. La angustia se envolvía en el silencio para protegerse de los gritos.

A través de la cristalera ví terminar la función, me acerqué a la salida de emergencia y pulsé el botón: "Presionar en caso de incendio. FUEGO".