miércoles, 26 de marzo de 2014

Migratorio #03


No conquistaré nunca aquella colina porque lo que me importa es lo que contiene dentro. Dejo la vista fija en aquel árbol solitario, a merced del viento, y observo las formas de las piedras a mis pies. Aquello que pierdo en este tipo de desesperanzas sísifas toma siempre un cariz lejano, fuera del tiempo. 
Aguanto los elíseos mientras los árboles bailan frente al mar. Desoigo las palabras huecas y olvido todos los colores. Cae la luz como cae el ánimo. No conquisto la cima y mi mirada rueda cuesta abajo. 
Las estrellas se despeñan del techo y el mar ahoga la ferocidad de todos los males. No conquisté nunca aquella colina porque lo que me importaba era lo que contenía dentro.

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