lunes, 22 de diciembre de 2014

Migratorio #33

¡Qué intenso impulso y qué frustración conlleva querer saberlo todo!

jueves, 4 de diciembre de 2014

Migratorio #32

Innumerables días sobre la tierra
Infinitos alientos
El peso del tiempo

Migratorio #31

Encerrado entre cristales mientras nubes ajadas por un color rosado, sin obstáculo alguno, cruzan lentas la ciudad ahogada. Cabalga libre la poesía y con la desesperanza de ningún destino cierto comienzo mi canto oculto en la memoria...
Espero el laborioso vacío del hombre arrodillarse ante el palacio de tus ojos llorosos
Nada ahorra al hombre del peso del tedio pero mientras, comienzo mi canto oculto en la memoria...

viernes, 14 de noviembre de 2014

Migratorio #30

Todas las hojas bailaban solitarias el mismo vals urbano, alejadas del suelo por metros de aire putrefacto. Seguían su danza alejándose del ruido como lo hacen los sedientos de los vientos del desierto. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Migratorio #29

¿Y si la vida consistiera en una gestión eficiente de la ilusión?

Migratorio #28

Por la noche quiero estar a tus pies, arropando tu piel
Contemplar tus desiertos y recorrer tus silencios
Y desde la loma vislumbrar el mar mientras escucho el anochecer

lunes, 29 de septiembre de 2014

Las últimas notas

No me provoca usted ningún interés. 
Suelo dejarme llevar por las melodías que surgen de aquellas cuevas donde se instalan los momentos más bellos en la vida de una persona. Esa vida que te arrastra violentamente contra la pared se conforma en un charco rojizo donde se aúnan las energías, los deseos y las frustraciones de los alientos. Ahora, la imagen borrosa de un lago helado y envuelto en la penumbra oculta bajo lso chopos los lejanos acordes menores de una guitarra.
Esos acordes son engullidos por estallido de los anfibios rompiendo la frontera que les separa de su mazmorra acuosa. El desajuste instantáneo de su temperatura corporal se resuelve dejando que la gravedad los sumerja de nuevo.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Migratorio #27

¿Qué extensión puede alcanzar tu mirada
cuando se posa en las erupciones volcánicas de tu ser?
¿Vuelve al origen o continúa irredenta la batalla de la locura?

martes, 2 de septiembre de 2014

Migratorio #26

 ¡¡Al cole noooo,  al Circo!!, gritaba desde su carrito una niña rubia como una vikinga desatando su pequeña furia contra los Dioses. El ser humano tiende, desde el principio, al bienestar mientras la vida perservera, desde su comienzo, en su incipiente crueldad.

viernes, 8 de agosto de 2014

Migratorio #25

Ayer soñé contigo
Dormía a tu lado apostando nuestros seres al mismo número y ganábamos en belleza
Nos dimos un beso como un presagio para sostener el futuro
Luego nos ahogamos en la noche, serenos, en paz, en silencio

jueves, 10 de julio de 2014

Migratorio #24

En la altiplanicie de tu risa descansa mi cuerpo, frágil, en proceso de abandono. En tus manos construyo mi lecho y en tu regazo jubilo mis extravíos.

jueves, 26 de junio de 2014

Migratorio #23

Entierros de estado repartidos a la puerta de un colegio. Todos los muertos ocultos tras las esquinas. El árbol centenario sigue allí.

Migratorio #22

La juventud y la belleza quedaron sepultadas allí donde ahora no grita nadie. La fragilidad de la amistad, herida y maltrecha, dejó paso a los recuerdos. Solo lo que no vuelve se recuerda. 

Migratorio #21

Todas tus mentiras juntas son el punto de partida.

viernes, 30 de mayo de 2014

Migratorio #20

La verdad sólo radica en unas pocas personas. Lo demás son apariencias, filtros y capas mugrientas sin pureza. La cuestión es encontrarlas.

Migratorio #19

La ansiedad de abrir la boca encuentra siempre un motivo para romper la celda de las palabras.
La falta de aire.
¿cuánto pesa el silencio?

Olas adriáticas

Querida I,

Te deseo fuerza  y espíritu para sostener tu semana en la ciudad acuosa. Al menos escapas por un tiempo de esta asamblea de esquizofrenias. Y si todo se tuerce, disfruta del hundimiento de la ciudad mientras huyes en una góndola dejando que las corrientes te depositen en otras tierras. Allí encontrarás la cabaña. 


Fotografía: Julio González

miércoles, 7 de mayo de 2014

Migratorio #18

Corredor que huyes certero del gran miedo, inoperante salida. Todas tus marcas se reunirán en el cajón de los tiempos muertos.

martes, 6 de mayo de 2014

El joven Neil

Estaba plantado delante de la puerta de aquel vagón observando pasar las estaciones. Era alto, corpulento, llevaba un sombrero curtido por el tiempo que dejaba caer su pelo largo como dos cataratas hasta sus hombros. Vestía camisa de cuadros, chaqueta de cuero y pantalones vaqueros que tapaban parcialmente sus botas trabajadas. Aferraba una carpeta bajo su brazo derecho. Los papeles que sobresalían contenían diversos pentagramas musicales. Neil Young se bajó en la estación Esperanza.

Fotografía: Julio González



Urgencias

Se abrió el ascensor y allí estaba una señora, enjuta, posicionada como un botijo en una esquina. Superaba los sesenta años. Entré y pulsé mi piso de destino. ¿qué hace?, me vociferó de mala gana. No le contesté. Así va hacia abajo, gritó de nuevo. El ascensor empezó a subir. Seguí callado afilando el silencio. Primero la educación, después viene todo lo demás, le susurré sin desviar la mirada de la puerta. Sí, primero la educación, me replicó con cierto desdeño. Llegó a su piso y mientras se abrían las puertas me dijo irónicamente: Es usted muy educado.  

Usted no, repliqué.

Fotografía: Julio González

martes, 29 de abril de 2014

Perro sabueso

El concierto de flauta travesera en la Sinagoga del Tránsito de Toledo había terminado, la semana se vencía y arrastrando el jueves regresaba a Madrid. Recibí el mensaje en el tren. La habíamos perdido. La sensación de peso aumentó. La jornada no había terminado.
Llegué a casa y P me describió rápidamente el recorrido realizado aquella tarde. Volví a salir. J había desechado efusivamente las tres burdas imitaciones de la verdad que se le habían servido para calmar la rabia. Los sollozos alentaban las llamas de la revolución que habían prendido en el templo y el fuego comenzaba a expandirse.

En el portal, con el mapa en la cabeza me eché al hombro las ojeras y cerré la puerta. El aire fresco me espabiló un poco y midiendo mis pasos, comencé a caminar. El primer tramo estaba descartado puesto que la desaparición estaba localizada en otro punto más adelante. Aún así, fijé la mirada en el suelo, en los bordillos y en la lluvia caída esa tarde que lo abrillantaba todo, hasta la suciedad.

Comencé analizando metro a metro y barriendo visualmente la acera como un buscador de metales en una playa. Una vez que doblé la esquina, bajé una larga calle y dejé a la derecha la iglesia a la que uno no se encomienda nunca. Crucé el paso de cebra invitando al sarcasmo y me dirigí al punto de partida de la pérdida. El número de registro de bordillos seguía aumentando.

Llegué delante de la farmacia donde oficialmente la desaparición había tenido lugar. Hice una inspección rápida en todas direcciones y tras una mirada en un par de cubos de basura cercanos cogí un soporte de madera que imaginé adecuado para colocar plantas. En esos momentos comencé la búsqueda por el paseo de la duda. Afiné el ojo como el que saca punta a la nariz de un perro sabueso y al llegar de nuevo a la calle principal, giré de nuevo y continué por la acera llena de bares. Abrí otros cubos de basura que encontré a mi paso y retiré algunas bolsas esperando encontrar el cuerpo pero el resultado fue negativo y pestilente.
Tras preguntar a todos los camareros de los últimos bares abiertos, recibir miradas de perplejidad y asumir las negativas, me cuestioné si aquella había sido realmente una pérdida, un desaire, un suicidio o una fuga bien meditada.
En uno de ellos, un camarero me dijo que hacía pocos minutos habían pasado unos cuantos rumanos que siempre andan por el barrio, lo que aumentó de nuevo mi pesadumbre. Me imaginé siguiéndoles y negociando un precio en cualquier lado. Giré la última de las esquinas y tras el último vistazo echado debajo de varios coches concluí que las jardineras sólo se alquilaban a las colillas y excepcionalmente a algún tipo de papel arrugado. Terminado el recorrido me encontraba de nuevo en el portal acompañado de la frustración y la rabia.
Las opciones que se presentaban eran las de convivir con las llamas del infierno enfrentándote al mal cada día o intentarlo de nuevo. Me giré y decidí recorrer el camino inverso. Pasé por delante de los mismos coches, bordillos y camareros, depositando las últimas miradas que me quedaban.

-¿Dónde has dejado la tabla?- me preguntó curioso uno de los camareros al verme pasar de nuevo. -Por ahí- le respondí rápidamente mientras continuaba mi búsqueda.

En uno de aquellos pasos y con la poca luz que llegaba de una escuálida farola, abrí un poco más el ángulo de visión y allí coincidieron nuestras miradas. Se encontraba descartada, lastimada y mojada encima de una pila de mesas metálicas. La miré y recordé aquello que sonaba en aquella bulería: "Yo me embarqué en un vapor, ahí solo había cielo y agua, ay maíta donde iba yo". La sensación de alivio dejó paso a una exhalación profunda acompañada del descenso brusco de la sensación de pesadez.

-El que la sigue la consigue- me dijo el camarero desde el umbral de la puerta del bar mientras degustaba la victoria ajena.
-¡Qué no se hará por una hija!-, le respondí, mientras nuestras sonrisas se despedían y mi respiración retornaba a un ritmo pausado.
Llegué a casa y fingí no haberla encontrado, mostrando en cambio el soporte de madera para las plantas. La sensación de ansiedad y extrañeza mostrada por P fue compensada a los pocos segundos por la de la emoción al enseñarle a la desaparecida. P casi alcanzó las lágrimas y yo prometí contárselo años después.

Aquella noche experimenté la emoción de no fracasar. Yo buscaré cebras por tí.

Fotografía: Julio González



lunes, 21 de abril de 2014

Migratorio #17

Canto para atraer a los cuervos
Para desembarazarme de mis heridas y enterrarlas en algún páramo
Descalzo como un animal comienzo a andar
Canto para sentirme y olvidar los dogmas
Canto para desprenderme de mi camisa y sentir el viento en el pecho
Canto para romper las sogas de mi alma y traslucir la cara amable del miedo
Canto para volver a observarme en el futuro y no odiarme

Migratorio #16

Llueve y nadie puede remediarlo
Belleza gratuíta desvinculada de la mano del hombre

Migratorio #15

Contemplo el tormento de las procesiones muertas
Orugas ciegas de las altas montañas
Tambores sobre los discursos desvencijados del hombre
Silencio fugaz en interiores deshabitados
Alevosía de la noche crucificada por la ignorancia

Migratorio #14

Nos conocimos sin imaginar nuestro final
Nuestro camino recorrió una profunda falla
La tierra se rompió y dejó nuestro pasado enterrado en una fosa común. 


martes, 15 de abril de 2014

Migratorio #13

Descarto cada vez más palabras. Respeto sostenido al silencio.


Migratorio #12

Tecleo en direcciones opuestas, esquivo decisiones y me olvido de mí mismo. Peso el tiempo, recuerdo mis fracasos y floto entre mis recuerdos. Me dejo guiar por la corriente, vulnero los controles mentales, agarro a mi mente del pescuezo hasta quedar exhausto y aún así sigo respirando.

Migratorio #11

No soy el que soy
Tampoco soy el que parezco
No soy tampoco el que no soy
Yo no soy yo
Soy más, soy menos

Migratorio #10

El amor es una niebla que se diluye con la realidad asombrada de cada día. Se transforma, se pierde y se encuentra constantemente.

martes, 8 de abril de 2014

Migratorio #09

Mañana parto a una isla, esos trozos de tierra independientes, donde siempre me siento más liviano, más sosegado, más incomprendido. Me acojo a esa necesidad imperiosa de olvidarlo todo durante un tiempo.

Migratorio #08


Hay pocos hombres capaces de desprenderse de sus camisas en aras de alcanzar la libertad. Alguno existe. Todo tipo de camisas desperdigadas, unas encima de las otras, cubriendo la gran avenida como un paisaje invernal. No hay lugar para los vergonzosos ni espejos para los conformistas. El hombre libre es el hombre que camina sin camisa. 
La nieve no se irá nunca.

lunes, 31 de marzo de 2014

Migratorio #07


La mezcla de aire puro y color coronan la montaña. Pintar al aire libre te aproxima a la verdad de las cosas. La muñeca baila.
Aquí la tierra y las piedras. En el horizonte los árboles como hombres preparados para la guerra.
Allí el paisaje abrumador aquí el pintor Paul Cezanne.

Migratorio #06


Ustedes, sentados en sus sillas bien encoladas y poseedores de pequeños espejos de mano, llegarán a vivir el momento en que las puertas no se abran a su paso sino todo lo contrario y en ese momento es cuando celebraremos la unión de los suspiros.

viernes, 28 de marzo de 2014

Migratorio #05


El supuesto poder que encarna usted debido a su cargo en esta institución infame está expuesto a muchos peligros y uno de ellos soy yo.


Migratorio #04


¿Usted a qué se dedica?
A nada.
Algo hará.
Poca cosa
¿Pero ha trabajado alguna vez en algo?
Sí, pero lo dejé pronto, lo ví inútil
¿Y de qué ha comido desde entonces?
Bueno, me he nutrido de varios frutos para sostener el espíritu
¿De cuáles?
De la escritura, de la magia del arte fotográfico, del torrente inabarcable de nuestros anhelos, de la pérdida de nuestra ingenuidad, del respeto al silencio, de la profundidad que profesa la música y del desastre imperioso de vivir
¿Y ahora qué hace?
Continúo haciendo lo mismo, puliendo el espíritu, pero ahora frente al mar mientras me doro lentamente al Sol




miércoles, 26 de marzo de 2014

Migratorio #03


No conquistaré nunca aquella colina porque lo que me importa es lo que contiene dentro. Dejo la vista fija en aquel árbol solitario, a merced del viento, y observo las formas de las piedras a mis pies. Aquello que pierdo en este tipo de desesperanzas sísifas toma siempre un cariz lejano, fuera del tiempo. 
Aguanto los elíseos mientras los árboles bailan frente al mar. Desoigo las palabras huecas y olvido todos los colores. Cae la luz como cae el ánimo. No conquisto la cima y mi mirada rueda cuesta abajo. 
Las estrellas se despeñan del techo y el mar ahoga la ferocidad de todos los males. No conquisté nunca aquella colina porque lo que me importaba era lo que contenía dentro.

martes, 25 de marzo de 2014

Migratorio #02


No soy el que pienso que soy. Sé que hay más armas ocultas debajo del abrigo. Sé que hay más balas desperdigadas en los bolsillos roídos por los días inútiles. Me desconozco y carezco de un candil, por eso avanzo sin luz. Lo desconozco todo de mí.

Migratorio #01


Me gustaría entablar con usted una correspondencia escrita, en papel, acompañado de un sobre, un sello y la magia del buzón por estigma, como antes. Ahora que todo es superficie y pérdida de perspectiva, inicio esta escritura desde el silencio que reposa sobre mi mesa de madera. Los destinatarios son pocos, son aquellos a los que aprecio por su humanidad y querencia hacia la cultura, aquellos que han tenido el tesón de irse construyendo con los ladrillos de la sensibilidad, las artes y la vida.
Unas palabras ensobradas que pueden cambiar el mundo.

lunes, 24 de febrero de 2014

La gota

                                             
Vuelvo a las instantáneas que pueblan el dolor del mundo. Vuelvo a escuchar cada vez más cerca los aullidos de los lobos, a perseguir montañas, a dejarme mecer por el viento, a sentir el camino, a divisar el humo de una cabaña que quiebra el horizonte en dos. Vuelvo a querer parar el tiempo y ceñir su edad. Soy libre porque nadie está a salvo de mis intuiciones. Soy la gota que elige el conocimiento deslizándose por el cristal.

(Foto: © Julio González)

viernes, 17 de enero de 2014

La viabilidad del pan




Hace un año...

"La Dirección ha convocado a los Representantes Legales de los Trabajadores para una reunión informativa mañana, 31 de octubre a las 12 horas a la que asistirán la Directora General, la Directora de Proyectos y el Director Financiero y de Recursos. La información, citamos textualmente versará sobre el Plan de Viabilidad. Un saludo".

LLegada la hora, a la Dirección se sumaron dos asesores externos. El plan de viabilidad para seres agonizantes tenía forma de carpeta, negra. Cuatrocientas cuarenta páginas cargadas de balas infinitas contra el despilfarro, la incompetencia, la mala gestión y la hipocresía más rancia. Las caras largas y los gestos medidos se movían ineficazmente entre silencios duros como muros de hormigón. Las risas habían sido desterradas al ostracismo mientras que determinados gestos formaban la mano de obra del proceso de deshumanización que estaba tomando forma. El destino del transatlántico pasaba de mano en mano abriéndose paso entre la desolación y las firmas constatadoras del hundimiento, mientras daban fe de la ya no tan futura consternación. 
El asesor asestaba machetazos con cada palabra que pronunciaba mientras el comité, abrumado, observaba la reducción del ángulo de caída del árbol de la esperanza hasta alcanzar la horizontalidad más sepulcral. El eco del golpe hizo tambalear todas las copas del bosque oficinesco. Mientras el miedo tomaba asiento, a través de la cristalera, los labios del guillotinador concluían el número de víctimas ideales para aquel tipo de matanza. La sentencia concluyó que en un período no superior a un mes, siete de cada diez condenados subirían los escalones del patíbulo. La angustia se envolvía en el silencio para protegerse de los gritos.

A través de la cristalera ví terminar la función, me acerqué a la salida de emergencia y pulsé el botón: "Presionar en caso de incendio. FUEGO".