Ella se sentía a gusto en los bares, el rythm ´n blues mecía sus noches y aireaba su falda. Allá en los años 50 aparcaba su mente durante no cortos momentos de ensimismamiento, y a menudo, su desgarbado tupé delataba sus viajes. Ella fumaba de manera habitual y sus caladas tenían un sabor natural o al menos eso decía su cajetilla.
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